Ricardo Ferreira: «Pude escribir una hermosa historia de mí como futbolista».

Compartir publicación

Entrevista exclusiva a Ricardo Ferreira, guardameta portugués que ha cerrado su trayectoria profesional.

Ricardo Ferreira, (Braga, 1989), es un guardameta portugués que ha dejado su huella, indeleble, en varios clubes. Destaca especialmente su paso por Portimonense, club en el que disputó más de 200 partidos oficiales a lo largo de ocho temporadas. Campeón nacional con el conjunto algarvio, logró el histórico ascenso a la Primeira Liga con Vítor Oliveira como entrenador en la temporada 2016/17.

Tras formarse en SC Braga y Bairro da Misericórdia, su carrera tomó impulso en CS Marítimo, donde formó el equipo B y con el plantel principal, tras dos años en SC Olhanense.

En 2014, tras una temporada cedido, firmó un contrato de tres años con Portimonense en la Segunda Liga. Durante su tiempo en el club, Ricardo Ferreira se ganó la reputación de ser un guardameta seguro y confiable, convirtiéndose en una pieza clave del equipo gracias a su habilidad y consistencia bajo los palos. Cerró su carrera en 2003 tras jugar en Eslovaquia en FC DAC 1904.

Una vez que es un hecho su retiro, les dejamos esta entrevista en exclusiva:

Lo veo y parece en forma, aún es joven… ¿Se ha arrepentido de su retirada en algún momento?

No, fue una decisión bien pensada y bien decidida, pero claro que hay momentos en los que veo partidos de fútbol y pienso que podría estar ahí. Tenía la calidad para hacer esto e incluso porque sé que lo dejé temprano. Paré con 33 años y me sentí bien. Por suerte no tuve que parar por una lesión, sino que lo hice arriba, en buenas condiciones físicas.

Incluso, con tiempo fuera de los terrenos de juego seguí recibiendo ofertas para jugar.

Sin embargo, hay factores importantes el fútbol da mucho, pero también quita. Hablo de la ausencia, de no estar presente en muchos momentos y ahora, afortunadamente, puedo estar presente en muchos momentos familiares. Entonces fue una buena decisión.

Hacemos la entrevista en Portimão, ¿vive aquí de manera permanente?

Sí, sigo viviendo aquí en el Algarve. Desde que llegué aquí, en cierto momento realmente adopté Portimão como mi ciudad y nos quedamos aquí. Todos somos felices, es donde mis hijos nacieron, entonces me siento como en casa, sí.

Comienza su carrera formándose en Braga y terminó en Eslovaquia…

Sí, soy de Braga y hice toda mi formación allí. Luego, en mi primer año como sénior, vine al Algarve, a Olhanense, por 2 años. Luego fui en Marítimo, 3 años Y vine a Portimão, y estuve aquí por casi 10 temporadas. Fue mucho tiempo. Y terminé viviendo una pequeña experiencia fuera, algo que todos los jugadores disfrutan.

Vítor Oliveira fue un entrenador que me marcó por su liderazgo».

Querría detenerme en Olhanense, allí fue donde comencé a verlo. Ascenso a primera y al año siguiente, permanencia…

Llegué al primer equipo del Braga cuando tenía 16 años. Y tuve a Jorge Costa como entrenador. Y él, al año siguiente, va a Olhanense. Entonces recibo su invitación, me presentó el proyecto, que era de ascenso, un poco con el papel de outsider, pero internamente íbamos a atacar la subida. Se armó un buen grupo, de gente joven.

Entonces, en ese momento, me pareció genial y me fui a Olhão y luego terminé quedándome allí un año más. Fueron temporadas en las que no jugué mucho, tenía 18 o 19 años en ese momento. Considerando que en juveniles siempre jugué, me di cuenta que es una realidad diferente el fútbol profesional y en ese momento era aún más difícil para los jóvenes. Siento que ahora esto es más fácil.

Terminó siendo una excelente opción y subimos a primera después de 34 años, Olhanense no lo había conseguido en 34 años y fue una época fantástica.

¡Qué equipo tenían!

Djalmir, que era el mejor goleador de la liga, Toy, que también era un muy buen extremo, Rui Duarte, que era nuestro capitán… Teníamos un equipo fantástico.

João Gonçalves, se lo digo a todos, y no tengo ninguna duda de que si no tuviera las lesiones de rodilla que sufrió, hubiera sido lateral de la selección durante varios años. De hecho, habría jugado en el Sporting, y en otros campeonatos, pero ya está, la lesión le limitó mucho.

Además de tener grandes jugadores y una gran calidad, teníamos allí un grupo muy fuerte, unido. Había veces que nos quedábamos todo el día en el estadio, empezábamos a entrenar por la mañana y si había algún cumpleaños almorzábamos en el vestuario y pasábamos el rato hasta última hora de la tarde.

Jugamos muy bien esos dos años. Incluso el año de la segunda liga. Para mí, en mi primer año sénior, vivir ese éxito fue increíble. Realmente teníamos a la gente de Olhão con nosotros en ese momento. Fue una época que marcó. El grupo que teníamos era realmente bueno. Fue uno de los mejores grupos que tuve en el fútbol.

Era importante el papel de los veteranos como Guga, Marco Couto, Anselmo, Rui Baião, Toy, que también tenía más de 30 años…

Luego tuvimos la temporada de la Primeira Liga, con muchas entradas y algunas salidas. El grupo no era tan fuerte como el primer año, pero aun así mantuvimos la base y cumplimos el objetivo en ese momento.

Después Madeira…

Y luego fui a Madeira, sí. Recibí una llamada en su momento del director del Marítimo para ir allí, al equipo B. Mirando por mi carrera, pensé que sería bueno dar un paso atrás…

Allí el entrenador era Pedro Martins y tenía muy buena relación con él, era un gran entrenador. Y empezamos bien la temporada, pero pronto se fue al primer equipo. Jugué toda la temporada en el equipo B y fue una experiencia fantástica.

Tuve oportunidad de llegar al primer equipo, me llevó Pedro Martins. En esos dos años allí y conseguimos llegar a la Europa League, incluso.

Desde que sale de SC Braga, pasan unos cuatro años antes de afirmarse como sénior, ¿no llegó a perder la paciencia?

No, estaba tranquilo. Voy a Marítimo siendo una apuesta de futuro, le gusté a Pedro Martins. Llegó un momento en el que hubo una sobrecarga de partidos, con diferentes lesiones y cuando entré a jugar, no es que lo hubiera hecho mal, pero los resultados no fueron los mismos. Tuvimos muchos empates durante esa secuencia. Nuestro guardameta titular se recuperó de su lesión, entró en el equipo y todo fue bien. Forma parte del fútbol.

Y llegó la oportunidad de Portimonense y con ello se abren las posibilidades…

Llega el momento de decidir, en ese momento estaba en el horizonte Olhanense, pero también Leixões y Portimonense.

Acabé eligiendo Portimonense, con la idea de, otra vez, como cuando estaba en el equipo B del Marítimo, de dar un paso atrás, jugar, al menos intentarlo. Llegué aquí, un jueves, si no me equivoco, y el sábado jugamos directamente por el campeonato. No recuerdo contra quién, pero recuerdo que ganamos 3-0, entonces aquí llegué a una realidad diferente, me di cuenta de que Márcio Ramos ya estaba aquí en ese momento, Pero siempre seguí trabajando, haciendo lo mío.

¿Tampoco dudó ahí?

Comencé a tener algunos momentos de pensar que esto realmente no va bien, no está sucediendo como pensaba, no estoy teniendo las oportunidades que me gustaban, que esperaba.

Pero luego, a partir de enero, Lázaro Oliveira me dio una oportunidad. Recuerdo que en su momento batí un récord de no sé cuántos partidos seguidos sin encajar un gol. Las cosas me iban muy bien. Y jugué hasta casi el final de temporada, cuando tuve una pequeña lesión, un pequeño desgarro detrás.

En ese momento estaba cedido por Marítimo. Pero las cosas salieron muy bien.

¿Entonces decide quedarse?

No fue de inmediato que decidí venir aquí, definitivamente o cedido. Yo no decidí eso. Realmente disfruté estar aquí y se dio el fichaje de Diego Sousa (delantero que fue de Portimonense a Marítimo) y entré en la operación. Firmé y escribí una historia aquí. Una hermosa historia, creo.

Se trata de la mejor fase de su carrera, ¿verdad?

Sí, en Portimão pasé muy buenos momentos. Tras el ascenso estaba al final de mi contrato y recibí ofertas de clubes más importantes de Portugal que querían reunirse conmigo. pero ya tenía las cosas preparadas para renovar.

Tuve buenas temporadas. El segundo año fue fantástico. Víctor Oliveira fue verdaderamente el líder más grande que vi en el fútbol. Realmente supo dirigir al grupo y las cosas en conjunto e individualmente para mí fueron geniales.

Gané el premio al mejor portero, gané una serie de trofeos ese año y me sentí realmente importante. Al año siguiente del ascenso, volvimos a hacer un buen campeonato en la primera liga. Y tuve otras buenas temporadas, creo que también con Folha también me fue bien.

Tuvieron un ascenso frustrado con José Pedro un año antes de conseguirlo con Vítor Oliveira, ¿cómo logran recomponerse a ese trauma?

Era el mismo equipo con las llegadas de Paulinho y Pedro Sá. Ese día que no subimos ante Varzim (en la última jornada de la temporada 2015/16) fue el más triste de mi carrera. Teníamos bajas por sanción, pero no fue un buen partido. Llegaba un año entero de nuevo, duro, de Segunda Liga. Ya fue triste el partido anterior ante Chaves.

Sin embargo fue una de las mejores temporadas de siempre. El primer día con Vítor Oliveira demostró ser muy inteligente. Nos dijo que ya habíamos sido el mejor equipo un año antes y trabajó mucho para que recuperáramos la confianza. Batimos el récord en la primera vuelta, por ejemplo.

La carrera de Ricardo Ferreira como guardameta esta muy asociada a Portimonense.

Ha hablado del más triste pero, ¿cuál fue el más feliz de Ricardo Ferreira como guardameta profesional?

Las subidas de división, obviamente. Las dos fueron especiales, pero con Olhanense no estaba jugando, aunque fue imposible, y con Portimonense era el titular y contribuí mucho al ascenso.

También tuvimos en Marítimo una victoria ante Benfica en la Taça de Portugal (en 2011), pienso en la primera vez que fui internacional con Portugal ante Georgia, otra victoria ante Benfica con Portimonense, así como la primera llamada con SC Braga para un partido de la Europa League o formar parte de la primera plantilla del equipo junto a jugadoras como João Pinto o César Peixoto.

Ha hablado de Vítor Oliveira, ¿fue el técnico que más le marcó?

Pienso que sí. Se trata por su liderazgo, su justicia. No hay estatutos, si juegas es porque te consideraba como el mejor para hacerlo. Conseguía que todos remaran al mismo lado. Si no trabajabas durante la semana no ibas a jugar, pero además es que consigue que todos los jugadores se sienten importantes.

Recuerdo una temporada en la que salía de lesión y calculé que para el último partido de liga llegaba bien. Usted me dijo, pero debe jugar Carlos (Henriques) por ser el último partido. Ahí me dio una lección por su generosidad…

Siempre he tenido una postura en el fútbol y en la vida. No veo rivales en realidad. En ese caso era Carlos, pero puedo hablar de Leo, de Gonda…. Con todos los guardametas estuve bien y fueron mis compañeros. Puedo llamar a cualquiera de ellos, como Samuel y tomar un café.

Todos queremos jugar, pero la decisión corresponde al entrenador y siempre he sentido un ambiente positivo, siempre.

Siempre ha tenido una gran competencia a lo largo de su carrera pero, ¿alguien le llamó la atención en especial?

En el fútbol profesional se llega a un momento en el que las diferencias entre un guardameta y otro no son obvias. Es más un tema de preferencias por parte del entrenador o de quién observe. Por ejemplo, ¿quién es para ti el mejor guardameta del mundo? (Respondo que Bono). Puedo hablar de Courtois, de Ter Stegen o Ederson… Depende de lo que más te guste en realidad.

Te podría hablar de un guardameta de Marítimo B, la única pega es que era algo bajo, pero era muy bueno. Me gustó mucho cómo trabajaba Gonda, o como mejoraba Samuel. Léo merecía una gran carrera, así como Carlos Henriques.

En la etapa de Vítor Oliveira, entrenaba con nosotros un guardameta de casi dos metros Nedelko Stojisic, era increíble el nivel al que entrenaba, hacía una paradas increíbles y no tuvo una carrera acorde al potencial que tenía.

Ser entrenador me da una nueva perspectiva».

En la última fase de su carrera, va a Eslovaquia, a un equipo que pelea por la liga, DAC…

Estuvimos en el primer lugar bastante tiempo. Fue una realidad que quería experimentar, fue algo que deseaba. Pedí salir por tener esta experiencia.

Fue difícil por estar allí solo y por tener que hacer una cirugía, pero las condiciones eran muy buenas. Hasta un miniestadio. Teníamos mucho seguidores y tenían una gran cultura de seguir al equipo. Había mucha pasión.

Jugar para ganar la liga es un proceso mental interesante. Se trataba de un equipo grande en el que las victorias son relativas y debes pensar en los siguientes retos.

Ahora va a ser entrenador de guardametas en Portimonense SC, ¿cómo surge?

Me he estado preparando para ello. Se trata de un desafío diferente que ya tenía en la cabeza. Cuando eres jugador no piensas en cosas como la planificación del entrenamiento y ahora la realidad es distinta, soy yo el que debe pensar en ello. Será una rutina diferente, más tranquila que cuando jugaba y no voy a perder el gusto por el fútbol. Pasaré además mi conocimiento a otros jugadores.


Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *