Edna Imade: «Sé valorar todo lo que tengo y todo lo que he conseguido»
Entrevista exclusiva a Edna Imade, futbolista carmonense que juega con Granada CF la primera división femenina.
He ido dos veces a Carmona a ver a la futbolista Edna Imade (lugar desconocido, 2000). Una vez en 2019 y otra en 2024. La primera vez con 19 años, la segunda con 23. Ninguna de las dos veces me encontré con una niña.
Incluso en nuestra primera entrevista, me vi con alguien que sabía que su apuesta por el fútbol va muy en serio. Hoy es una futbolista de primera división que no ha dejado de estudiar (ha hecho un grado superior y se ha preparado en quiromasaje) y que está enfocada al cien por cien en estar preparada.
Llega puntual a nuestra cita, la hice esperar unos minutos. Se baja del coche e impone. Sin embargo, con su naturalidad todo fluye. La saluda bastante gente, le preguntan y hablamos de entonces y de ahora. Habla de su madre y de su hermano en seguida, tal y como se habla de lo importante.
Tras lograr la permanencia con Granada CF, ha destacado en una temporada durísima. Jugando 28 de 30 jornadas de liga, hizo el gol definitivo para asegurar el objetivo de su equipo. También el suyo a nivel personal.
Pese a todo, como leerán, hay cosas que no han cambiado. A continuación les dejo con la entrevista:
Me la imaginaba de vacaciones, en otra ciudad y me encuentro que está en Carmona, su casa, y que viene de entrenar…
Mi familia está aquí. He intentado ir con ellos a algún sitio, pero mi madre está estudiando y mi hermano está con el trabajo. Un poco más adelante haremos alguna cosa.
Algo que no cambia es que es muy familiar…
Mi hermano y mi madre son mi familia más cercana que tengo y las personas más importantes de mi vida. Estoy fuera de casa todo el año y venir a casa con ellos es un premio.
Vino a España, a Algeciras viniendo en una patera, casi recién nacida con su madre y su hermano, ¿quizás por eso ahora es jugadora de primera división?
Pienso mucho en eso, todo pasa por algo. La que lo pasó mal fue mi madre y solamente tengo agradecimiento con ella y todo lo que vino después fue por su sacrificio. La gente fue siempre hospitalaria con nosotros, no lo pasé mal.
¿Esto le supone una inspiración?
Lo he naturalizado y me ayuda a no quejarme de cosas insignificantes. Me quejo de mis zapatillas y pienso que mi madre vino descalza. Disfruto de las pequeñas cosas, como en cada comida que hago rezo y doy las gracias.
Agradezco tener a mi familia, tener salud… Valoro todo lo que tengo y siempre será así. Por ejemplo, le doy valor a mi coche, porque en mi casa nunca ha habido un coche.
Esto lo traslado al campo de fútbol. Lo que no tienes, pienso que puede llegar, es cuestión de trabajarlo.
¿Cómo llevan tener una hija y una hermana jugando en primera?
Bien, claro. Estamos muy pendientes los unos de los otros. Están muy orgullosos y apoyan en todo lo que pueden.
No se me olvida mi primer gol en primera división».
Edna Imade.
Su carrera ha tomado impulso en estos años. Málaga, Cáceres y Granada fueron sus destinos en este tiempo. ¿Fue un salto grande pasar del Nervión a la Segunda División?
Fui feliz siempre. Por ejemplo, con Pablo Daza mi entrenador en el Nervión, que siempre vio mucho potencial en mí. Sinceramente fue un paso duro, sobre todo al principio.
De entrenar dos o tres veces en semana, pasé a hacerlo todos los días, incluso a veces en doble sesión. Acababa reventada, la verdad. Fui cogiendo el ritmo y adaptándome. Había mucha diferencia en los campos, del césped artificial al natural y fue todo un aprendizaje pasar de provincial a la segunda.
Aprendí y crecí gracias a mis compañeras y a mis rivales, para posicionarme y resistir.
Tan apegada a tu familia, ¿fue difícil a nivel personal?
Tenía 18 y echaba de menos muchas cosas, pero también fue un aprendizaje. Añoraba hacer planes con mi hermano o tener los cuidados de mi madre. Pero sinceramente nunca me arrepentí, porque era mi sueño y merecía la pena luchar por ello. Tengo una personalidad alegre, positiva y eso me vino bien. Compartía piso con tres compañeras gallegas (Clo, Buceta y Carol) y ellas me ayudaron mucho, siempre estuvieron ahí.
Viendo su carrera, siempre fue progresando, tras Málaga vino Cáceres…
Ir ganando experiencia de cada partido, cada entrenamiento, aprender de todo el mundo. Pude irme a Cáceres unos meses antes (en Navidad de 2020), pero no quise dejar al equipo tirado. Aunque el segundo año fue difícil.
En Cáceres pasé dos años preciosos, me quería mucho la gente. Es una ciudad muy tranquila y todo el mundo es cercano y nos apoyaba mucho. Para mí fue una suerte. Se notaba que no tenía una sección masculina a la que darle prioridad. No éramos un equipo de tikitaka, pero éramos duras y me adapté rápido y fácil.
Pero ya Granada era un reto aún mayor, ¿cómo lidiaron la presión?
Comenzamos ganando el primer partido en septiembre pero no volvimos a vencer, en liga, hasta enero. Fue un espejismo esa victoria. Pasó por nuestra mente lo peor. Las dudas, sobre todo.
Sin embargo, al volver de Navidad hubo un cambio de mentalidad y llegamos motivadas. Nos convencimos de que lo íbamos a sacar adelante. Fue duro, pero cuando comenzamos a ganar todo fue más positivo a nivel mental. Esto hizo que disfrutáramos mucho la permanencia.
¿Qué se siente al marcar el gol decisivo?
Era el 1-0 y esto conseguía darnos tranquilidad. Porque el Eibar era un equipo muy duro de superar. Fue un gol tempranero, que era lo que buscábamos. Teníamos que defender a muerte el resultado y solamente tenía eso en la cabeza.
¿Y recuerda su primer gol en primera?
Claro, ante la Real Sociedad en la primera jornada. Fue el 2-1 y una sensación muy parecida al gol ante el Eibar. En ese momento no recuerdo qué pensé, pero estaba segura de que iba a marcar. Días después no lo pensaba mucho, solamente en conseguir nuestros objetivos. Me puse la meta de marcar al menos 5 goles en liga y en el último partido lo conseguí.
Con estos años de fútbol, ¿ha bajado el nivel de satisfacción de Edna Imade?
En el futuro me veo jugando al fútbol todo lo que pueda. Disfruto de los entrenamientos, me encanta el césped, dar un pase y sentir el deslizamiento del balón, la sensación de un regate… El fútbol me supone toda una satisfacción. Sigo ensayando, viendo vídeos cada día, por ejemplo de Neymar para seguir aprendiendo y motivarme.