Analu: «Mi historia demuestra que los sueños se cumplen»
Entrevista exclusiva a Analu Martínez, atacante guatemalteca que en Madrid CFF disputa su quinta temporada en España, la cuarta consecutiva en la Liga Iberdrola.
La atacante Analu Martínez (Ciudad de Guatemala, 1990) cumple en Madrid CFF su quinta temporada en España, la cuarta en la máxima categoría tras jugar en Dínamo de Guadalajara, Rayo Vallecano y Sporting de Huelva.
Su vivencia es inspiradora, ya que, logró algo que nadie había hecho antes, y lo logró como parte de un plan que parecía casi imposible Y es que, se trata de una precursora, ya que fue la primera jugadora guatemalteca en jugar en Europa y en la actualidad es una de las más asentadas entre las y los futbolistas que juegan en competiciones en el exterior.
Anteriormente, Analu ya tuvo una decisiva experiencia en Estados Unidos. Decimos esto, porque propició la voluntad de triunfar a nivel internacional y con ello hacer realidad un sueño de niña, el de jugar al fútbol en España.
Para ello fue asumiendo retos y haciendo los sacrificios que le fueron planteados desde que llegó a Guadalajara, para dejar su sello jugando en la segunda división y, poco después, adaptarse a la primera división femenina hasta rondar los 100 partidos en la categoría.
Rápida, técnica y vertical, se trata de una de las jugadoras con una mejor conducción del campeonato gracias a que, siendo diestra, puede utilizar sin dificultades las dos piernas para regatear y definir.
Con el objetivo de lograr la permanencia en la Liga Iberdrola, con la selección de Guatemala comienza un nuevo ciclo que llevará al equipo a volver a competir en breve junto a selecciones como Canadá, México o Estados Unidos Unidos.
A continuación les dejo con la entrevista:
Es la primera futbolista en jugar en Europa, por lo que abrió el camino a toda una generación de futbolista, ¿ha sentido vértigo ante esta condición?
Pienso que no, que fue justo lo que impulsó a hacerlo, a demostrar que los sueños se cumplen y que se pueden hacer cosas diferentes, a pesar de las pocas oportunidades, si soñamos en grande y contamos con apoyo, tal y como el que me brindó mi familia. Sin ellos no estaría dónde estoy, por lo que he sido muy afortunada.
Ya comenté con Minor López que Guatemala no es un país exportador de futbolistas, y que hay deportistas que asumieron la responsabilidad de abrir el camino, ¿cómo fue su caso?
Guatemala no es conocido por su fútbol, pero en su cultura el fútbol está muy presente. Quizás no se consiguió nada por motivos estructurales, pero desde pequeña practiqué diferentes deportes, al ser una niña con mucha energía.
Siempre quise jugar en la selección y llegar a España, algo que se me hacía muy difícil, pero con 9 o 10 años ya lo hablaba con mi hermano-
Aunque a veces pensé que no llegaría, después de estudiar una carrera, Ingeniería química, le dí la oportunidad al fútbol.
¿Cómo logró compaginar una carrera tan exigente con el fútbol?
Realmente no fue fácil, porque una carrera como ingeniería consume mucho tiempo, si bien tuve mucho apoyo por parte de mis compañeros y de mis profesores ante mis ausencias por los partidos con la selección.
Me considero una mujer disciplinada y para mí y mi familia esto era algo importante. No quería abandonar ninguna de mis metas, la carrera y el fútbol.
Y en España ha seguido estudiando, ¿verdad?
Cierto, en Huelva completé un máster en Economía, finanzas y computación y me especialicé en análisis de datos y marketing en la UNIA. No fue fácil porque fue mi primera temporada en Sporting y fue un gran reto que asumí pero, como decía mi mamá, tenía que aprovechar la oportunidad de estudiar fuera de Guatemala porque el fútbol no es para siempre. Incluso en Madrid sigo estudiando.
¿Qué estudia actualmente?
Un máster en Administración y Dirección de Empresas (MBA), algo diferente por la modalidad en la que lo hago. Como dije, se puede compaginar con disciplina y sacrificio y esto forma parte de nuestra vida como atletas.
Son retos y como deportistas debemos alimentar nuestra mente y abrir perceptivas. También pienso que los estudios nos ayudan como deportistas y a los estudios nos ayuda tener un cuerpo sano, energético, para mí es complementario.
En Estados Unidos descubrí que el fútbol femenino profesional era una realidad»
Analu
Tras licenciarse, como dice, fue a Estados Unidos, recientemente Aline Reis nos comentaba lo importante que fue pasar por ese fútbol en su carrera, ¿cómo resume la experiencia?
Fui a hacer unas pruebas y aunque no logré lo que me propuse, tener un contrato profesional, formé parte del grupo de reservas y crecí hasta el punto de cambiar mi mentalidad y mi manera de ver el fútbol. Me tocó por dentro y conocí que realmente existían este tipo de oportunidades para ser futbolista profesional. Que el fútbol femenino era una realidad y que hay atletas que tienen todo para desarrollarse.
Al volver a Guatemala solamente tuve un pensamiento, salir y dedicarme por completo al fútbol. Para ello tenía que pasar por un proceso en el que debía esforzarme por conseguirlo.
Su segunda parada fue Guadalajara, en 2014, ya por fin en España…
Mi paso por Dínamo fue muy importante, es un club que cuida mucho el fútbol femenino, que me dio la oportunidad y supe aprovecharla. Fue un riesgo y en casa estaban preocupados por la apuesta, pero era mi oportunidad y, aunque querían que siguiera con ellas, tomé la decisión de buscar otros objetivos, como jugar en primera división, algo por lo que trabajé duro.
Estoy muy agradecida, porque en realidad nadie me conocía y venía de un país que no se conoce por el fútbol y esto jugaba en mi contra. Felizmente revertí la situación y pude demostrar que en Guatemala hay gente con talento y que trabaja.
Su siguiente paso fue Rayo Vallecano, uno de los equipos más importantes en la historia del fútbol femenino en España, ¿notó el salto?
Es cierto que es un club con una gran historia, que además cuenta con el respaldo de la estructura de la modalidad masculina. Fue un proceso algo difícil, ya que, viviendo en Guadalajara entrenaba cada día en Madrid en el último mes de la temporada 2014/15.
Me veía bastante novata, con poca experiencia, pero recibí mucho apoyo por parte de nuestra entrenadora Laura Torvisco que, desde el primer entrenamiento, me apoyó y me dio confianza diciéndome que estuviera tranquila, que ella sabía lo que podía dar.
Poco a poco fui haciéndome un hueco y en la siguiente temporada pude jugar en el equipo. Hay mucha diferencia entre jugar en primera y en segunda, pero yo solamente pensaba en perseguir mi reto y en seguir mejorando.
Ha jugado en clubes que comparten la sección con una estructura masculina y en los que no, ¿ha notado mucha diferencia?
En realidad si se quiere trabajar y hacer avanzar el fútbol femenino se nota, se puede. Madrid CFF, sin tener el respaldo de un equipo masculino, es un club que lo tiene todo a nivel de estructura, con un gran estadio y un importante cuerpo técnico que plantea los entrenamientos y los partidos de la mejor manera.
Esta experiencia la valoro muchísimo, porque sé lo que me ha costado llegar a dónde estoy.
He podido demostrar que en Guatemala hay talento y gente que quiere trabajar duro»
Analu
La penúltima parada fue Sporting de Huelva, otro equipo histórico y un referente en Andalucía, en el que militó dos temporadas seguidas 2016/17 y 2017/18…
La gente en Huelva es bastante cálida y me abrieron las puertas. Es un equipo humilde que trabaja muchísimo en la búsqueda de apoyos por darle las mejores posibilidades a las jugadoras. Fue una buena experiencia, que me hizo feliz.
La temporada 2018/19 está llegando a su fin, ¿qué sensación le deja a nivel personal?
Volver a Madrid ha sido importante para mí: de nuevo era un reto, jugar en un equipo en el que hay jugadoras con mucha experiencia y calidad. Hemos tenido una temporada irregular en la que habido de todo, incluyendo un cambio de entrenador. Pienso que estamos en una posición que no merecemos, la verdad.
A nivel personal, no comencé de manera regular en el equipo, también tuve una pequeña lesión y me costó encontrar mi lugar en el 11. Ahora estoy jugando e intento aprovechar la confianza que me dan todos, desde el cuerpo técnico hasta mis compañeras. Ha sido una temporada difícil, pero en la que he podido crecer como futbolista.
2019 supone el regreso a la actividad de la selección de Guatemala, siendo usted la jugadora más reconocida, ¿qué objetivo se plantean?
La verdad es que en Guatemala se me respeta mucho por mi trayectoria en España y cada vez que voy intento transmitir a mis compañeras mis vivencias y mi experiencia. Tras la suspensión de la FIFA volvemos a competir y soy una jugadora muy cambiada a la de hace tres años.
Pronto comenzamos a competir en la CONCACAF en un torneo para llegar a los juegos olímpicos posiblemente en septiembre u octubre y espero que tengamos el apoyo de la federación que necesitamos, ya que el fútbol femenino está creciendo mucho en otros países.
¿Y que expectativa tienen?
Es bastante complicado, porque competimos por la plaza ante Estados Unidos, Canadá, Costa Rica, México… Nuestro objetivo es competir y que el nivel de la selección siga subiendo. Esto depende de las jugadoras, pero también mucho de los dirigentes y del apoyo que se nos dé, como por ejemplo utilizar las fechas FIFA para jugar partidos y torneos. Es un trabajo de mucho tiempo.
Tengo voz en Guatemala y la gente espera qué es lo que puedo decir, así que busco que escuchen a las jugadoras y que nos den apoyo.
Para terminar, ¿qué ha sido lo mejor hasta ahora que ha vivido como futbolista?
Pienso que abrir brecha, romper las barreras y los paradigmas en mi país en referencia al fútbol femenino. Ha merecido la pena el sacrificio y espero que sigamos creciendo.